Facilitador y desentendido: el modus operandi de Sebastián Mauvezín en el caso Penadés
El exdocente de Historia conocía a siete de las víctimas, con quienes había hablado para concretar un encuentro con el exsenador.
La imputación del exsenador Gustavo Penadés implicó también la del exdocente de Historia Sebastián Mauvezín en calidad de autor por la presunta comisión de delitos de contribución a la explotación sexual de menores de edad en el régimen de reiteración real.
Cuando la causa comenzó a ser investigada por la fiscal de Delitos Sexuales de 6° Turno, Alicia Ghione, algunas de las víctimas que en aquel momento se acercaron para prestar su testimonio señalaron a Mauvezín como el nexo entre ellos y el propio Penadés.
El político y el exdocente se conocían desde hace varios años e incluso Penadés había compartido militancia política con el padre de Mauvezín. El vínculo se afianzó cuando, en un momento económico complejo del exprofesor, Penadés le prestó dinero a la familia del exdocente.
Desde un tiempo a esta parte, Mauvezín “colaboraba” con el exsenador en la búsqueda de menores de edad. El exdocente se encargaba de coordinar el encuentro, pactar el dinero que se le pagaría a los jóvenes y luego, en caso de que hubiera una segunda ocasión, también era él que se encargaba de volver a hablar con la víctima.
La Fiscalía pudo establecer que de esta manera Penadés explotó sexualmente a una de las víctimas públicas del caso, Jonathan Mastropierro. Mauvezín conoció al veinteañero a través de una aplicación de citas y entablaron una conversación durante algunas semanas, según supo Montevideo Portal con fuente de la causa.
En un momento de esos días de charla, Mauvezín le ofreció a Mastropierro tener un encuentro con Penadés a cambio de dinero. Si bien el exodocente no negó que haya presentado algunos jóvenes a Penadés, aseguró que no le consta que el exnacionalista los haya explotado sexualmente a cambio de dinero.
La Fiscalía comprobó que la modalidad que se implementó en el caso de Mastropierro se repitió en siete de las víctimas. Algunas de ellas, incluso, declararon que no tenían contacto con Penadés sino que siempre hablaban con Mauvezín.